Naturalmente, el resto del año nos olvidamos de limpiar los radiadores, permitiendo que se llenen de polvo, que puede traer como consecuencia fuertes alergias o incluso que el radiador deje de trabajar eficientemente.
Los expertos recomiendan que, para evitar que el polvo se acumule y sea mucho más difícil de limpiar, incluso de forma irreversible, nos tomemos unos pocos minutos cada semana para sacudir el polvo. Un radiador limpio trabajará con menos esfuerzo y, por ende, disminuirán los costos de su consumo de energía. Si sientes que has dejado tu radiador en el abandono, pon manos a la obra y sigue estos consejos para dejarlo reluciente para el invierno.
Pasos para limpiar los radiadores
1.
Asegúrate de que los radiadores estén apagados antes de emprender tus labores de limpieza. No solo para evitar cualquier peligro, sino que también evita atraer más polvo mientras limpias.
2.
Cubre todo alrededor de los radiadores para que nada se ensucie. Puedes colocar papel de periódico o trapos húmedos en el suelo para poder recoger mejor la suciedad que se desprenda.
3.
Antes de sacudir el polvo, es preferible que utilices una aspiradora sobre toda la superficie del radiador, por debajo y sus alrededores. Si tu aspiradora cuenta con algún adaptador, utilízalo para llegar a los espacios más pequeños entre las aletas del radiador. Así recogerás el exceso de polvo y no lo esparcirás por todo el aire.
4.
Para limpiar a profundidad, lo mejor es contar con un cepillo para radiadores. En el mercado existen cepillos especiales para atrapar polvo y llegar a las esquinas más difíciles. Si no cuentas con uno, improvisa uno con una vara de madera y un trozo de tela de microfibra que envuelva uno de los extremos de la vara. Asegúralo con cinta adhesiva y empieza a cepillar tu radiador, pasando por todas las grietas, y asegurándote de limpiar bien incluso las secciones traseras, correspondientes a la pared.
5.
Si sientes que puedes hacer un mejor trabajo, coloca una toalla húmeda debajo del radiador y detrás de la pared. Después, toma un secador de pelo y dispara aire tibio contra el calentador en dirección hacia abajo. Así, el polvo que quede irá deslizándose en dirección hacia la toalla húmeda, donde quedará adherido y fuera de tu radiador.
6.
Cuando el radiador esté libre de polvo, puedes aplicar un poco de vapor para ablandar la suciedad más terca. Deja que el vapor circule directamente sobre las superficies sucias del radiador. Cuando todo esté húmedo, toma una esponja y elimina cualquier residuo.
7.
Finalmente, deja tu radiador impecable utilizando una solución de desengrasante y agua. Empapa un trapo con la mezcla y completa tu limpieza secando toda la superficie con un trapo limpio.
Ahora sí, todo listo y desinfectado para pasar tiempo en casa durante la temporada de frío.